La primera vez de Andrés
La primera vez.......es absolutamente lógico que cada vez que se nos presenta una situación a la que nos tenemos que emfrentar por primera vez, nos genere interiormente un mundo de sensaciones, generalmente estamos conscientes de ellas ante la espectativa de lo que pueda ocurrir, algunas veces más conscientes que otras... Otras terminamos realizándolas sin si quiera darnos cuenta.... fue esto lo que le ocurrió a mi amigo Andrés, él a sus 30 años, según él bien vividos, y a pesar de haber estudiado en una de las universidades públicas más polémicas del país y estar rodeado de todo tipo de vicios, expuesto a todo tipo de tentaciones por decirlo de algún modo, decidió tomar una posición muy apática al asunto y decidió mantenerse al margen de los mismos. Tuvo una vida normal, rumbeó como cualquiera, tuvo novias como cualquiera, perdió materias como cualquiera, pero nunca se permitió tener experiencias extrasensoriales originadas por cualquier tipo de alucinógenos. Bajo esta convicción, de que a su años, nunca ha estado bajo tales efectos, ni ha intentado probarlos, sin si quiera imaginarse que los hubiese podido probar sin saberlo, y así le ocurrió.
Un viernes, que quiso salir con sus compañeros de trabajo tomarse unas cervecitas, escuchar música, terminó sumergido en el fascinante mundo de los alucinógenos sin notarlo, aclaro, que no es que le hubiesen dado burundanga y le robaran la plata, el celular y lo dejaran en boxer tirado en un andén, como suele ocurrir, no, esta vez, todo se dió de una manera mucho más extraña, una de las personas con las que estaba decidió prender un porro delante suyo, abusando de su inocencia y de manera osada , lo tenía debidamente armado casi de manera perfecta y podía pasar por un cigarrillo absolutamente normal, al ver a su compañero fumando sintió deseos de acompañarlo, por eso le pidió de su "cigarrillo", de manera absolutamente normal, e inocente terminó fumando del mismo cigarrillo armado sin notarlo, y es ahora, a sus 32 años, cuando todavía se encuentra bajo la firme convicción de que nunca en su vida ha probado ningún tipo de alucinógenos.