Huye de las Tentaciones,
Despacio para que puedan alcanzarte

octubre 21, 2005

VIVIR CON MIS PAPÁS A LOS 38

Testimonio:
A punto de cumplir cuarenta años, Raúl Pachón les recuerda a los envidiosos que lo critican y señalan las ventajas múltiples de continuar viviendo con papá y mamá.
Por:Por Raúl Pachón Miranda
Tengo treinta y ocho añitos. Nací el 17 de junio de 1967 -la mayoría de los de este modelo vimos la luz en la Clínica del Country- y a mi edad gozo del privilegio de vivir con mis papás. Gracias a esta condición no tengo ni la menor idea de cómo se cotiza el kilovatio-hora, el centímetro cúbico de agua, el impulso de llamada local, nacional e internacional, y aún menos cómo se calcula eso de la recolección de basura. No conozco ni por encima una factura de TV Cable y a pesar de eso tengo el servicio Premium con acceso directo a la clave de control padres (clave 000). Soy tarjetahabiente de Diners Club desde 1960, siete años antes de haber nacido, con un cupo por antigüedad que es la envidia de todos los de la generación "Clínica del Country". Para mí el día de pico y placa no es problema: simplemente bajo y escojo. Una camisa usada el lunes aparece el martes al medio día lavada y perfectamente planchada, y los calzoncillos resucitan limpiecitos al tercer día de entre la ropa sucia. Todo gracias a que la nómina de la casa de mamá es proporcional a la del palacio de Buckingham: enfermero, encargado de servicios generales llamado Alejandro, instructor canino, chofer y dos muchachas, para tan solo ciento cuarenta y cinco metros cuadrados de palacio, mi palacio. No existe nada más agradable después de un día de trabajo que llegar por la noche a echar chisme con mamá. En cambio a los casados los reciben con "Mateo perdió un logro", "Simón le pegó a Lucas" y "a Sofía se le cayó un diente". En el asiento de atrás del carro de los casados hay una silla para niños que daña por completo la estética interna del carro y quita visibilidad. En el carro de mamá tengo una chaqueta y unas botas de montar. En la guantera del casado hay réplicas de los homosexuales Bob Esponja y Barny mordisqueadas y babeadas. En la guantera del carro de mamá, que por cierto cambio cada año, reposa una estampa del Divino Niño con su eslogan, que es el mismo mío: "Yo reinaré".


El problema no es ni mucho menos con los que están ligados por el sagrado vínculo del matrimonio, ni más faltaba. Ahora, qué tal esos que a los veintiún años recién cumplidos resuelven que ya es hora de tener su propio espacio. Y su espacio no es otra cosa que una pocilga de cuarenta metros cuadrados a la que llaman loft, con dos fogones a los que llaman cocina integral -integral porque está integrada por un cajón y una butaca, sin patio de ropas, con una sala que hace las veces de comedor, y un comedor que hace las veces de sala, invadida por cajas de pizza, y como único alimento medio tomate en la nevera. Son de los que le roban el papel higiénico de la casa de los papás el domingo y tienen escamas de tanto darle al Van Camps. Estoy por creer que el medio tomate lo venden con la nevera. No es por nada pero yo a las siete y media gozo de un nutritivo desayuno primorosamente servido, a la una en punto papas, arroz y carne, y a eso de las ocho de la noche algo muy liviano. Los que buscan su espacio repiten camisa, sus calzoncillos reposan en el piso de la ducha por docenas y hay días que se tienen que lavar el pelo con jabón y los dientes con agua. Eso no es vida. Vida es haber heredado en vida una colección de corbatas Hermès que todavía reposan impávidas en el clóset de su dueño anterior, mi papá, y a donde vuelven al otro día como si nada.

Supongo yo que al doctor Alberto Casas y a José Gabriel Ortiz les toca asumir de su salario mensual la compra de la Roger Gallet. A mí me aparece totalmente gratis por litros en el baño como un elemento más de aseo. La gente en su imprudencia me pregunta que si no me da pena vivir con mis papás a mi edad, comentario que considero fruto de la envidia y carencia total de afecto paterno. Cuando me preguntan: ¿y qué pasa si tiene una viejita lista?, pues pa' la casa de la viejita, que por lo general viven solas desde los veinte. Sería el colmo que todavía vivieran con los papás. Cuando me excedo en licor en vez de recibir cantaleta soy persuadido cariñosamente por mi papá para que me vaya a dormir, ya que mamá anda rondando por ahí. Hay que decir que el bar de palacio está nutrido por una gran variedad de licores nacionales he importados con hielo y soda las 24 horas. Tal vez lo que más amaña es lo amañados queestán mis papás conmigo y yo con ellos, a pesar de que a uno no le puede dar gripa, no se le puede entrar un mugre a un ojo, quedarse dormido media hora por la mañana, tener temblor o sed, porque mamá, como mamá que se respete, se lo atribuye todo al licor, y ahí arranca: claro, pero es que con ese perrón bla, bla, bla. Son idénticos (la vaciada es para mí pero la echa en plural) al papá. Claro, cuando estén jodidos a los ochenta a quejarse al mono de la pila porque una vieja alcahueta como yo ya no consiguieron ni van a conseguir, así uno no haya olido una cerveza a millas. En cambio mi papá con sus ochenta y dos años y por haberse casado a los cuarenta y dos añitos con una niña de veintidós (mamá), es solo comprensión. "Abrígate", "no andes descalzo", "qué guayabo tan sensacional tienes", "te has adelgazado", entre otras frases de entendimiento, cariño y solidaridad de género.Mis hermanos, menores que yo por cierto, cada uno vive en su loft. El de mi hermana, divino, por el poco uso que le da, pero al fin y al cabo es su espacio, pero pa' dormir, o en su defecto por si tiene un mancito listo, y ahí si pa' la casa de la viejita, por que aquí, en palacio, tiene cepillo de dientes, calzones, a Tambor, su perro bóxer (al que tutea). Además pasa los domingos enteros arrunchada con mamá. Mi hermano a sus treinta y siete sigue en busca de espacio. Lo ha buscado hasta en Ecuador y nada. Y en su loft hay mucho atún. Esta es una familia normal de niños egresados del José Joaco, con las tendencias y comportamiento que esto implica, más una niña egresada de La Enseñanza.

octubre 19, 2005

Desempacando con pereza

No me resignaba a tener que viajar, pero bueno, el último día transcurrió igual que los otros, demasiado rápido, pasando la gran parte del tiempo trasladándome de un lado a otro, un poco intranquila y triste además... pero bueno ya al final pude arreglar de lo que me afectaba y viajar mucho más relajada, aunque la sensación de tristecilla seguía por el sencillo motivo de tener que llegar a cumplir obligaciones, a estar con mil cosas en la cabeza pero queriendo quedarme, pasar más días con mi hermanita ...

Por razones obvias no me afanaba de a mucho comprar pasaje, o si quiera tratar de conseguirlo, prueba de ello era que a las 9 de la noche iba entrando a la casa a terminar de empacar, muy a las 10 llegamos al portal de la 180 y había en la orilla de la carretera un bus de Berlinas con un letrerito que decía "BUCARAMANGA" y que esperaba ser llenado, rápidamente compré el pasaje con el respectivo descuento y sin notar que puesto me tocaba, me voy a entregar mi maleta. Cuando miro el pasaje era el número 4, dentro de mi guardaba las esperanzas de que fuera hacía la ventana, y que la compañía de viaje fuera femenina... pues nada... ni fue al lado de la ventana, ni supe de entrada si se trataba de hombre o mujer, estaba totalmente cubierta por cobijas y chaquetas que solo le dejaba ver los ojos cerrados...afortunadamente más adelante le sonó el celular y supe que era una niña más o menos de mi edad, que se despertó a ver la película esa que ponen y al parecer estaba super buena porque se emocionaba y comentaba en voz alta y todo... por qué la gente hace eso??? y más si va en un bus a esa hora, con un montón de desconocidos??
bueno...

Esta mañana retomé mi trabajo, desubicada, muerta del sueño y de la pereza pero gracias a Dios a mi jefe se le había olvidado por cuantos días era que le había pedido permiso y ni si quiera notó mi ausencia ayer...

octubre 17, 2005

Desafortunadamente todo lo bueno dura poco

Llegué a Bogotà el jueves muy a las 6 de la mañana... desde el primer día aproveché el tiempo, conocí Galerias, un sector en el que nunca había estado en Bogotá y se convirtió posteriormente en lugar de encuentro. A pesar de que me incomodaba saber que cualquier plan dependía de lo generoso que fuera el clima, de lo habil que fuera el chofer del bus para llegar a tiempo, eso no fue impedimento para poder salir.

Rock al parque muy muy bueno, realmente muy rico, pero como todo en la vida, no pudo ser perfecto porque a pesar de que el sonido de Kraken junto con la sinfónica de Bogotá fue realmente bueno, llovió todo el tiempo, el frio fue horrible y el cansancio tenaz, pero bueno afortunadamente el clima fue menos severo el domingo que pudimos deleitarnos en la electrotarima con Nortec y Miranda.

Sin embargo, no todo el sábado fue Rock al parque, conocí un australiano que mide aproximadamente como cincuenta centímetros màs que yo, NO SE PONGAN A HACER CUENTAS y rumbie muy bueno ... definitivamente muy bueno todo...tan bueno que no quise que se acabara tan rápido y dilaté un diíta más mi viaje...los días se me han pasado increiblemente rápido, el tiempo no alcanza para nada y necesité más tiempito



A pesar de que el tiempo que pasé con mi hermana y en general con mi familia fue muy poco, pude ayudarle a mi hermanita con una tarea de la universidad en la que servimos de "modelos" con Nana.

octubre 10, 2005

Eso de los los cuestionarios es chévere ala...

Me antojé yo también e hice un quiz vamos a ver que tal les va....

Para acceder a mi quiz haga click Aqui

octubre 04, 2005

Hasta con haloscan pelee...

Ya no tengo paciencia para esto, ha sido una semana fea... super stressante, chocante, he peleado con mucha gente... y así suene estúpido o tonto, pero hasta con haloscan pelee, o bueno con estas cosas uno no pelea, realmente ellos siempre tienen las de ganar, simplemente dejan de servir cuando se les da la gana y ya... como pasó con la cosita esa de poner las fotos que Curubo no fue capaz de usar... bueno esa... esa...

No quiero volver a leer, ni editar ni pensar lo que estoy escribiendo, simplemente escribirlo y que cuando lo publique pueda respirar profundo y sentir que algo cambio... que por lo menos este post sí se puede comentar.