Conversaciones de bus
Era viernes y con deseo de volver a mi casa, después de haber pasado casi todo el día por fuera transitando entre la gente, tomo un bus en el centro de la ciudad y espero poder atravesarla y llegar a mi destino en más o menos una hora, por lo que intento acomodarme lo mejor posible, aprovechando que tan solo son aproximadamente las 5 de la tarde y que por el lugar en que decidí coger el bus no está tan lleno como de costumbre. Avanzamos mas o menos de a cuadra cada 3 o 4 minutos y a medida que andamos se va subiendo más gente.
Hay de todo, en especial un hombre de entre 23 y 28 años, de apariencia universitaria con su respectivo maletín lleno, que al escoger su asiento golpea a la gente en la cara con el mismo sin darse cuenta. Más adelante, dos mujeres toman el mismo bus, usan jeans, camisas blancas y botas, aparentemente normales, pero con un leve mal aspecto de simple vista por su pelo y posteriormente se hace más notorio al oír la conversación que sostenían, puesto que, al no tener donde sentarse y tener que ir de pie entre las sillas en las que ya estaban atestadas de gente y sosteniéndose de la parte superior de éstas y, en algunas ocasiones halando el pelo del que se encontraba sentado en la silla de la que se apoyaban, resultaba casi que imposible no oír algo de lo que estas dos mujeres conversaban.
Estas personas que narro, tuvieron algo en común que causo mi admiración, a pesar de que no es de asombro que la gente use celulares en pleno 2005, lo irónico es enterarse de las conversaciones que ésta gente sostiene porque usan un tono de voz bastante alto y encontrarse en un sitio cerrado en donde habían aproximadamente 25 o tal vez más personas. El hombre del que hablo al principio hace una llamada, parecía ser a una mujer y después de un saludo efusivo, da sus disculpas por no haber cumplido con una llamada que prometió (HOMBRES...) y luego la invita a tomar algo, por ser viernes, bla bla bla...Por la cara que tuvo cuando colgó parecía que lo habían rechazado y bien hecho!!!, quién lo manda a no cumplir con las llamadas cuando promete. Y una de las mujeres de apariencia ñeruzca, recibe una llamada, esta vez era diferente porque parecía ser a ella a la que le hacían el reclamo y ella indignada por esto se ofendía porque le estaba subiendo la voz...